miércoles, 7 de enero de 2009

Restos Romanos encontrados en Muriel


Se conservan en el Museo Arqueológico Nacional dos pequeños bronces relacionados con el culto a Atis, el pastor frigio, servidor y amante de la diosa Cibeles, fueron estudiados y publicados, en su día, por Augusto Fernández de Avilés, uno de los mejores maestros del Instituto Rodrigo Caro del C.S.I.C.
D. Augusto Fernández de Avilés, (1908-1968).
Breve nota biográfica de Augusto Fernández de Avilés y Álvarez de Ossorio (Madrid,1908-1968) en el tomo V de la Gran Enciclopedia de Madrid, Castilla-La Mancha
Era Director del Museo Arqueológico Nacional en el momento de su muerte..1968
Como docente, impartió cursos en la Universidad de Murcia y en la Complutense de Madrid y otras muchas instituciones de la época. Fue miembro del Instituto Arqueológico Alemán y de la Asociación de Arqueólogos Portugueses.
El pasarriendas de carro romano alusivos al culto de Atis que por sus características y fechas tiene gran interés para el seguimiento en época tardía, del culto metróaco en Hispania.
Pasarriendas de bronce romano, hueco, de pátina rojiza con manchas verdosas y rozaduras doradas que fue adquirida por el museo en 1950 mediante compra a su propietario don Ángel Sanz García (fig. nº 1). Procede de Poyato de Peña Cabra (Muriel, provincia de Guadalajara) y sus medidas son: 17,2 cm. de altura, 14 cm. de longitud; caja, 5 x 4,8 cm. de lado. Este interesante objeto ha sido fechado en el siglo IV de la Era.
Pasariendas romano de bronce. Procede de Poyato de Peña Cabra (Muriel, Guadalajara). Siglo IV d.C. MAN.
La descripción que del mismo hizo Fernández de Avilés, es la siguiente:
"Busto masculino juvenil de frente, asentado directamente sobre la caja troncopiramidal, de planta casi cuadrada y pequeño zócalo liso, al que se fijan las anillas semiovaladas que arrancan de cerca del extremo superior de aquélla. Dichas anillas figuran tallos vegetales cilíndricos, de los cuales brota, hacia su mitad, una fila de tres hojas sobre un collarino y, más arriba, una hoja mayor que enlaza, como refuerzo, con los extremos de la base del busto, rematados por sendas esferillas. Es, pues, un tipo de anilla intermedio entre el de "S" y el de "D". Ocupando el frente de la caja se ve grabado un esquema arbóreo, constituido por un motivo cónico de vértice redondeado de cuyos lados parten tres pares de apéndices corniformes a modo de ramas.
El personaje va vestido con túnica o manto que deja libre el cuello y se prende, bajo la garganta, con una fíbula circular. Cubre su cabeza con un gorro frigio, cuyas orejeras levantadas permiten ver la parte anterior del cabello circundando casi la cara y peinado hacia atrás en cuatro crenchas o rizos a cada lado, que llegan a tapar las orejas. Las facciones, de tosco modelado, muestran grandes ojos, muy abiertos con párpados en relieve y boca indicada con cincel. El dorso aparece totalmente liso y sólo se acusan el resalte del zócalo y el arranque del busto.
En cuanto al personaje figurado, aunque el gorro frigio lo llevan dioses, héroes, algún emperador divinizado y esclavos bárbaros asiáticos, cabría suponerle Atis, como tema icónico más general e importante; atribución confirmada por el profesor García y Bellido, quien ve en el grabado arboriforme del plinto el simbólico pino consagrado a aquella divinidad".

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